SÁBADO 30 DE MARZO. - libro "Una habitación propia" - Virgina Wolf
Cuanto podía ofreceros era una opinión sobre un punto sin demasiada
importancia: que una mujer debe tener dinero y una habitación propia
para poder escribir novelas; (...) las mujeres y las novelas siguen
siendo, en lo que a mí respecta, problemas sin resolver.
Virginia Wolf. Nació en Londres en 1882 - Lewes, id., 1941) Escritora británica.
Woolf fue pionera en la reflexión sobre la condición de la mujer,
la identidad femenina y las relaciones de la mujer con el arte y la
literatura, que desarrolló en algunos de sus ensayos; entre ellos,
destaca por la repercusión que posteriormente tendría para el feminismo Una habitación propia (1932). No sólo abordó este tema en los ensayos, sino que también lo hizo en novelas como la inquietante y misteriosa Orlando
(1928), en la que se difuminan las diferencias entre la condición
masculina y la femenina encarnadas en el protagonista, un aristócrata
dotado de la facultad de transformarse en mujer. Si quieres saber más pincha aquí
Reseña
Es una obra en la que
Virginia Woolf reflexiona ampliamente sobre las mujeres y la literatura,
dos temas que le apasionan. Para abordar este tema se plantea una serie
de cuestiones. Una de ellas es destacar la directísima relación que
existe entre la realidad y la literatura. Realmente, la literatura es o
tendría que ser un reflejo directo y sin distorsiones de la realidad en
que vivimos. Pero no es así del todo, según nos cuenta, ya que el mundo
de la literatura está gobernado por hombres que imponen su punto de
vista.
Según la autora, ¿con qué dificultades se encuentran tanto hombres como mujeres para escribir buenas obras? Con el tiempo, el espacio y la concentración. Si para los hombres ya era complicado adquirir la estabilidad mental adecuada, para las mujeres aún era mucho más difícil. No disponían de habitación propia, indispensable para respirar tranquilidad y poder concentrarse. Además, la mujer estaba obligada a superar algún que otro obstáculo más para poder ser escritora: la idea estereotipada y absurda de la sociedad de la época de que la mujer, aunque albergara mucho talento, no podía escribir una novela.
Uno de los personajes (por supuesto femenino) más representativos del libro es Mary Beton, una chica corriente de clase media que tiene la suerte de poder disfrutar de dos circunstancias muy importantes para la supervivencia de una mujer en un mundo donde sólo hay cabida para hombres: el derecho a voto y el disponer de una herencia de quinientas libras al año durante toda su vida. Sin duda, lo que le pareció más importante fue la adquisición de unos ingresos dignos que le permitiesen olvidar el miedo y la amargura de los días en que había de vivir de la miseria que ganaba realizando trabajos que no la satisfacían, y que era lo único que a una mujer se le permitía llevar a cabo hasta 1918.
Después de polemizar acerca de los valores y de los puntos de vista masculinos y femeninos en la novela, Virginia Woolf nos plantea un esbozo ideal de un plano del alma en el que hay dos poderes: el masculino y el femenino. El estado ideal para escribir, dice, sería el de la fusión de ambos, donde los dos poderes puedan vivir juntos en armonía.
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